miércoles, 28 de enero de 2009

Uno y van... atentados terroristas?


Tengo que admitir que me he vuelto un poco insensible frente a la supuesta ola de actos terroristas a la que se ha visto sometida la ciudad de Bogotá de un tiempo para acá. Lidiamos con un gobierno que adquiere una forma de actuar tan ambigua, vivimos en una época que tal vez sea la de mayor destape de escándalos de corrupción, en un periodo en el que se han visto la mayor cantidad de casos de inconsistencias por parte de un mandatario -en algunos casos involucrada la misma familia presidencial-, cuánta parapolítica, cuánto falso positivo esperando su inclusión en las listas de bajas de la guerrilla, cuánto Valencia Cossio suelto, etc. Así es casi imposible, siempre y cuando se tenga una mente morbosa y malintencionada -como la mía- pensar que esto es simplemente un atentado terrorista y ya.

Sería interesante revisar los momentos de mayor crisis del gobierno de Uribe, comparándolos con las noticias que seguirían a estos escándalos, y creo que en la mayoría de los casos se encuentran atentados hacia la ciudadanía, hechos atroces, golpes policiales o militares aislados; todos estos, casos que reafirman la efectividad y la necesidad de apoyar esta política que tiene como principal eje, la lucha contra el terrorismo y en nuestro caso concreto se le ha dado el título de Seguridad Democrática.

Como para no dejar de lado uno de los temas de moda en estos momentos, recordemos lo que pasó en el momento del anterior intento de un acuerdo humanitario, en el cual estabamos siendo objeto de la incómoda pero eficaz intervención del mandatario de Venezuela Hugo Chávez, ya que la imagen de Uribe estaba por el piso por volverse un impedimento para el ruego desesperado de los familiares de los secuestrados al poner miles de trabas a este proceso. Cuando se logró el anhelado proceso de liberación apareció toda la extraña información, las pruebas de ADN, y todo lo relacionado con la tragedia del pequeño Emanuel, lo cual generó el efecto de invertir muy convenientemente la imagen de cada uno de los señores presidentes, terminando por adjudicarle toda la gestión de la liberación a nuestro magnánimo mandatario.

Esta larga lista se ve engrosada con el caso de anoche del blockbuster de la 81 con 9. Las mismas palabras del ministro Santos se pronunciaron en medio de la semana pasada y ahora después del atentado:

http://www.elespectador.com/audio-santos-asegura-farc-dejaron-el-congelador-liberaciones

Es muy sospechoso que una semana después de que el gobierno da la advertencia de la falsedad de las FARC frente al país, quede tan proféticamente comprobada su hipótesis. Conclusión: los diálogos con la guerrilla no sirven, la única solución es atacar el terrorismo antes que nos ataque a nosotros y este gobierno es la única vía para lograrlo.

Se puede decir que es muy fantasiosa la suposición de que el gobierno sea tan inhumano que sacrifique a su propio pueblo para que una élite logre perpetuarse en el poder, pero es importante que no olvidemos un caso tan cercano como el de los Falsos Positivos: pueblo sacrificado para legitimar la eficacia de la guerra contra la guerrilla, o para verlo desde una perspectiva macro, tenemos la hipótesis más fuerte acerca del 11 de septiembre, que es la del terrorismo de estado contra su propia comunidad.

Otro tema extraño es la rapidez con la que se concluyó que los principales sospechosos son las FARC y todo confabulado por el Mono Jojoy después de ocurrido el atentado, porque es complejo entender si se tuvo tan claro el culpable por qué no se pudo predecir un ataque de este tipo por parte del grupo subversivo. ¿Por qué la rapidez del estado se percibe después de que ocurren las tragedias y no para prevenirlas? Es algo que realmente tiene poco sentido. También preocupa bastante la posición tan exageradamente diplomática del alcalde de Bogotá, que no trató en ningún momento de ser un poco cauteloso, teniendo en cuenta que debería aparentemente representar la postura de la oposición, sino que en cambio respaldó abiertamente la certeza de un atentado terrorista de la guerrilla.

Finalmente todo este tipo de actos y caos social que se genera con estas tácticas de manipulación mediática repercuten, en este momento, a la necesidad de algunos personajes de comenzar a organizar sus cartas para su campaña política -por ejemplo la imagen de Santos tiene que subir en popularidad considerablemente de la semana pasada a hoy-. Igual, de los aspectos más graves en esta parafernalia y todo el despliegue de estas cortinas de humo es el daño que hacen a muchas personas que terminan convirtiéndose en una cifra más de las víctimas de todos estos juegos del poder.

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